Uno de los errores más comunes es pensar que solo existen dos formas de aprender: escribiendo o memorizando. Lo cierto es que hay por lo menos once maneras de adquirir conocimientos, y saber cuál es la nuestra nos ahorrará tiempo y malos momentos. Además de estudiar mejor, podremos conocernos más a nosotros mismos y entender cómo funciona nuestra mente.
No importa en qué nivel educativo nos encontremos, el desafío de pasar la época de exámenes siempre está. Durante los años universitarios es muy frecuente encontrarse a compañeros que pasan días o semanas bajo mucho estrés debido a que tienen que aprender mucho material en poco tiempo. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así.
Todas las personas tenemos maneras diferentes de aprender. Si sabemos cuáles son y cómo aprovecharlas, es más sencillo ponernos a estudiar. Agregándole un poco de organización, reducir los nervios durante las temporadas de exámenes es posible.
Tipos de aprendizaje
Los estilos de aprendizaje son diversas maneras en las que las personas adquieren, procesan y retienen información. Cada individuo puede tener una preferencia o combinación de métodos que facilitan su comprensión y retención del conocimiento. Identificar y comprender estos estilos es crucial para adaptar las estrategias educativas y mejorar la efectividad del aprendizaje tanto en entornos educativos formales como en situaciones cotidianas. A continuación, se presentan los principales tipos de aprendizaje, cada uno con características únicas que responden a distintas necesidades y preferencias de los estudiantes.
Aprendizaje asociativo
La característica principal, de esta manera de adquirir conocimiento, es que se relaciona un estímulo a una respuesta. El resultado es una cierta acción o un cambio en nuestra forma de comportarnos.
La psicología conductual está estrechamente relacionada con esta teoría. Para aprovechar este tipo de aprendizaje como estudiantes, se puede crear rutinas de recompensas cuando llegamos a cierto punto del material o a cierta cantidad de horas de estudio.
Aprendizaje no asociativo
Esta forma de aprender está muy relacionada con la rutina. Si nos acostumbramos demasiado a algo puede que nuestra conducta cambie. Por ejemplo, si vivimos en una ciudad con mucho tráfico, con el tiempo nos acostumbraremos a ese nivel de ruido y ya no nos causará molestias. Como el estímulo no está relacionado con otros, se denomina no asociativo.
Este tipo de aprendizaje es el que se da cuando adquirimos una nueva habilidad. Al principio parece costarnos mucho más, pero cuando ya se volvió una rutina, lo hacemos fácilmente.
Aprendizaje significativo
David Ausubel, un psicólogo estadounidense, dedicó parte de su obra a esta manera de aprender. Lo que sucede durante este proceso es que el estudiante adquiere un nuevo concepto y debe re-acomodar su “estantería mental”, o sus conocimientos previos, para hacerle lugar a lo nuevo.
Básicamente es lo que sucede cuando descubrimos información innovadora sobre un tema que ya habíamos investigado antes. El nivel de complejidad se profundiza y debemos relacionar lo nuevo con lo viejo.
Aprendizaje grupal
Es muy común encontrar personas que prefieren estudiar en grupo, o en cafeterías, por ejemplo. El aprendizaje grupal tiene ventajas muy claras:
- Se trabaja en equipo.
- Hay menos carga de trabajo, porque cada persona dentro de un grupo tiene su función.
- Se comparten conclusiones entre todos y se adquiere conocimiento.
Aprendizaje emocional
En algún momento todos hemos escuchado que las emociones nos dejan enseñanzas. Preocuparnos de tener un ambiente de estudios óptimo, que nos genere comodidad o tranquilidad, es una buena forma de potenciar el aprendizaje emocional en nosotros mismos.
Aprendizaje visual
Una de las formas de resumir contenidos, es la de resaltar conceptos principales y secundarios con colores. Para quienes tienen una mayor capacidad de aprendizaje visual esto es una gran herramienta, porque les permite “encontrar” muy rápidamente las respuestas a las preguntas. El estímulo visual es suficiente para que el concepto quede en sus mentes.
Aprendizaje experiencial
Cuando en las universidades se habla de un “enfoque práctico”, se refieren a que este tipo de aprendizaje es prioritario en la currícula. Se necesita de una experiencia real, muchas veces para terminar de afianzar conceptos teóricos. Por ejemplo, un arquitecto debe elaborar planos para interiorizar conceptos matemáticos y geométricos. Un estudiante de química debe experimentar con distintos elementos para conocer mejor sus propiedades.
Aprendizaje por descubrimiento
Para aprovechar esta forma de aprender, es imprescindible investigar sobre el tema más allá de lo que ya se nos haya dado. De esta forma, el acto de “descubrir” algo novedoso para nosotros nos ayuda a recordar los conceptos principales.
Aprendizaje por repetición
Esta es una de las formas de aprender que más se ha divulgado. Aunque hoy en día se priorizan formas más dinámicas, como el descubrimiento, el trabajo en grupo y la participación, el acto de memorizar también es muy efectivo. Sobre todo, con las técnicas adecuadas. Por ejemplo, para aprender términos muy específicos algunos estudiantes componen pequeñas canciones o arman siglas que los ayudan a recordarlos.
Aprendizaje receptivo
Cuando el sistema educativo recién comenzaba, a finales del siglo XIX, se creía que todos los estudiantes eran únicamente “receptores” del saber de sus maestros. Es decir, que no asocian los conceptos a conocimientos previos. Hoy en día se considera que es insuficiente para afianzar conocimientos, pero durante mucho tiempo fue el fundamento de la escolaridad tradicional.
Aprendizaje auditivo
Los estudiantes que tienen esta habilidad a menudo graban clases para escucharlas después, o repiten un texto en voz alta para recordarlo mejor. El aprendizaje auditivo es una buena herramienta para estudiar, sobre todo cuando no tenemos mucho tiempo o estamos en movimiento. Puede combinarse también con aprendizaje grupal, y entonces uno expone mientras los demás escuchan.
La importancia del aprendizaje
Conocer cómo funciona el cerebro a la hora de aprender nos ayuda a buscar técnicas de estudio que trabajen a nuestro favor. Si notamos que nos es más sencillo estudiar a través de una grabación, o elaborando un cuadro conceptual, estamos reconociendo qué tipo de aprendizaje nos es más fácil y podemos sacar ventaja de eso.
No hay una forma de aprender mejor que otra, todas tienen ventajas y desventajas, pero, lo que es más importante, a menudo las personas pueden aprender de muchas maneras diferentes.
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