¿Cómo Dejar de Pensar en lo Peor?

Las actitudes destructivas suelen presentarse en formatos del estilo “no valgo para nada” o “todo va a acabar mal”. Muchas veces esos pensamientos evitan desarrollar el potencial de una persona y le impide seguir adelante con su vida. 

Tips Para Dejar de Pensar en lo Peor

“No puedo cambiar nada”

Hay muchas cosas que no se pueden cambiar: el clima, las emociones ajenas, los comportamientos del entorno, entre otros. Sin embargo, sí es posible influenciar la vida propia, el comportamiento personal y las acciones de cada uno.

Si necesitas sentirte en control de la situación, primero debes controlarte a ti mismo. Prueba con crear una lista de las cosas que puedes cambiar en el momento. Elige algo útil: limpia el piso, expresa lo que sientes, habla con tus seres queridos, escucha música.

Lo principal de este inciso es recordar que puedes controlar ciertas cosas, pero no todas.

“Nada tiene sentido”

Si sientes que la vida no tiene sentido y no entiendes por qué intentarlo, puedes leer el libro de Viktor E. Frankl “El hombre en busca de sentido”.

Frankl elaboró su teoría mientras estaba en un campo de concentración. Descubrió que siempre es posible encontrar en el mundo que te rodea algunas razones para vivir. En base a esa teoría fundó la logoterapia.

La logoterapia se centra en el significado de la vida humana y puede ayudarte a superar una crisis existencial.

“No quiero hablar con nadie”

Es normal. No tiene nada de malo que te sientas así. Cada persona responde a las situaciones críticas o extremas a su manera. Hay personas que buscan compañía mientras que otros prefieren aislarse. No subestimes tus emociones.

Explica de manera amable a tu entorno que necesitas tu espacio. Cuando te sientas mejor, podrás volver a hablar con ellos. 

“No tengo fuerzas ni para levantarme”

Es importante comprender que el cuerpo necesita fuerzas para funcionar. Si lo que necesitas es descansar, hazte el tiempo y permítete hacerlo. Luego de que hayas descansado, empieza a crear tareas rutinarias que te ayuden a volver a tu estado, aunque sean pequeñas. Un buen ejemplo es lavar los platos, ducharte o preparar una cena.

“Todo lo que emprendo fracasa”

Si te encuentras en una situación inestable, es difícil planear ciertas cosas con anticipación. Comienza con metas pequeñas. Haz planes para el mismo día o para el día siguiente e intenta realizarlos.

Empieza con lo más básico: ir de compras, cocinar, limpiar. Intenta completar tareas pequeñas y una vez que las logres podrás realizar algunas más grandes. Llevando a cabo cuestiones sencillas podrás entender que no fracasas en todo y sentirte mejor.

“Todo va a salir mal”

Esta actitud es destructiva y completamente infundada. Para superarla, intenta repetirte ciertos mantras como “la vida va a traer algo nuevo”. El famoso fake it till you make it propone repetir ciertas cosas hasta que el cerebro las tome como ciertas. 

Un ejercicio efectivo es escribir tres cosas positivas que te hayan pasado: un buen desayuno con un amigo, que haya salido el sol, la existencia de tus seres queridos o tu mascota.

Suena trillado pero la felicidad se encuentra en las cosas más pequeñas y para estar mejor es necesario aprender a reconocerlas. 

Este simple ejercicio te ayudará a prestarle atención a lo positivo en vez de centrarte en lo negativo.

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